Recientemente se ha hecho muy popular la inteligencia artificial y en específico el chat GPT. Usando código de entrenamiento con información depositada en el internet, además de un aprendizaje constante de los inputs o el texto que se redacta, Chat GPT es el principal modelo de uso si se habla de inteligencia artificial. Esto ha traído mucha discusión en torno a la automatización de los “trabajos” especialmente en industria, empresa y compañías. Chat GPT abrió la luz para el uso en masa de inteligencia artificial en pro de agilizar procesos. Sin embargo, y es precisamente lo que se pretende discutir en este texto, la automatización de procesos ha existido desde la revolución industrial y hemos sido resilientes ante ello.
El libro “Sálvese quien pueda” del periodista Andrés Oppenheimer trata precisamente de cómo trabajos que antes eran muy solicitados en la industria han venido siendo reemplazados por robots o máquinas que agilizan procesos. Con ánimos de incentivar la lectura de Oppenheimer, el autor cierra diciendo que entre más complejo sea definir lo que haces en tu trabajo, más difícil será que te remplace una máquina. Sin embargo, hoy día vemos que un trabajo, independientemente de su dificultad, puede ser quizá reemplazado por una Inteligencia Artificial. Chats que ofrecen diagnósticos médicos, inteligencias que resuelven litigios fiscales o en jurisprudencia, inteligencias que crean planos arquitectónicos, entre otras, son algunas de las ideas que empiezan a surgir. Lo que no se discute aquí es que estas inteligencias aportan al proceso y no precisamente eliminan profesiones.
Pongamos por ejemplo los “community manager” o aquellas personas responsables de una “comunidad online”. Muchos de sus procesos se han ido reforzando gracias a programas de inteligencia artificial que aportan en dichos. Siendo así, las inteligencias artificiales no han eliminado el trabajo de community manager pero estos deben de hacer uso de ellas para mantenerse en el mercado. Un ejemplo claro de esto, que se ve desde la segunda mitad del siglo XVII e inicios del XVIII es que, por ejemplo, los operarios industriales debieron en su momento adecuarse a un uso de las nuevas tecnologías y no dejarse arrastrar por el avance industrial.
Así, el papel de la industrial, las empresas y compañías debe ser crear una cultura de educación constante donde sus colaboradores creen estrategias de utilización de nuevas tecnologías en pro de la innovación. Los robots no nos quitarán los trabajos, los reforzarán en busca de aumentar la productividad y agilidad. Es por eso que en Borealis estamos comprometidos con las diferentes estrategias de innovación tecnológica que se pretendan incorporar en diferentes empresas y compañías. Acompañamos este proceso no solamente con el apoyo en cambios que dirijan a la innovación sino también con talleres y elementos educativos para la continuidad de estos mencionados procesos.
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